No es muy común encontrar hoy en día un hogar con el clásico espacio para las leñeras o chimeneas. En las ciudades modernas, los hogares se calientan con calderas, usualmente alimentados con combustibles de hidrocarburos: diesel, gas propano... Estos no solo generan un alto impacto ambiental sino que también son más costosos para el usuario. Pero existe una energía más barata que el gasóleo y el gas, y más cómoda que la leña. Mejor aún contamina menos...
Las calderas de biomasa se alimentan con pellets, son unas píldoras que estan compuestas principalmente por madera seca hecha serrín de manera compacta aumentando su poder calorífico.
¿Qué coste tiene la biomasa?
Se trata de una energía económica, ya que su coste no depende de la oscilación de los valores y la subida y bajada del precio del petróleo. Por tanto, no se trata de un mercado internacional. La producción de estos productos es nacional y sus precios no sufren elevadas subidas sino que se mantienen constantes o con leves fluctuaciones, que no afectan a las ventajas económicas que supone este tipo de energía.
Siendo su principal ventaja ser una fuente de energía inagotable y renovable, la biomasa puede regenerarse constantemente y de manera natural. No añade carga adicional de CO2 dentro de la atmósfera, por lo tanto no contamina. Las plantas obtienen CO2 al crecer y lo retornan a la atmósfera al morir. Mientras los combustibles fósiles al ser quemados, lanzan a la atmósfera una cantidad de CO2 que estaba bajo tierra. Se cree que esta es la principal causa del calentamiento global.
Los pellets aprovechan recursos que normalmente se desperdician. Ya que la biomasa se obtiene principalmente de restos forestales, huesos de aceituna o del serrín proveniente de la industria de la madera. Lo que a su vez contribuye a la limpieza de los montes y al uso recursivo de residuos en la industria. Convirtiéndose así en una opción de doble beneficio ecológico.
Además de los obvios beneficios ambientales, también trae consecuencias positivas en la economía, pues genera nuevos empleos. También genera un alto beneficio para los usuarios, pues la biomasa es mucho más económica que los combustibles habituales en las calderas.
Aunque también existen claras desventajas, entre ellas: el costo inicial de la caldera (se puede recuperar al ahorrar en combustible con la biomasa), los canales de distribución no tienen tanto desarrollo como los combustibles fósiles, tienen menos densidad energética y ocupan más espacio.
Aún existe poca demanda y esto hace que los principales fabricantes de pellets no produzcan al máximo de su capacidad. Sin embargo, si las empresas productoras y distribuidoras mejoran las condiciones de venta, los pellets de biomasa podrían convertirse en una alternativa económica y ecológica para el consumidor.
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